miércoles, 13 de julio de 2011

¿por qué "educación líquida"?

¿qué hemos de elegir? ¿El peso o la levedad? ... 
Parménides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo. 
¿Tenía razón o no?.
Es una incógnita. Solo una cosa es segura: la contadicción 
entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de las contradicciones.
Milan Kundera. La insoportable levedad del ser

Hace diez años atrás Zigmunt Bauman publicó un libro, de gran difusión en los circuitos intelectuales europeos, titulado Modernidad Líquida.  En esa primera obra, Baumman, contraponía lo sólido a lo líquido de la siguiente forma:
En el lenguaje simple, todas estas características de los fluidos implican que los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial, pero neutralizan el impacto –y disminuyen la sisgnificación- del tiempo (resisten efectivamente su flujo o lo vuelven irrelevante), los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos (y proclives) a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que pueden ocupar… En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo… Estas razones justifican que consideremos que la “fluidez” o la “liquidez” son metáforas adecuadas para aprehender la natrualeza de la fase actual –en muchos sentidos nueva- de la historia de la modernidad 

La metáfora considero que es potente, ilustrativa y caracterizadora de la época actual que se asemeja más a un tiempo de fluidos cambiantes que de certezas sólidas. A raíz de dicha metáfora en estos dos últimos meses he impartido un par de conferencias y escrito dos textos donde juego con la contraposición entre la "cultura sólida" (el peso) del siglo XX, con la "información líquida" (la levedad) que está emergiendo en este siglo XXI impulsada por la digitalización. Puede verse un primer documento -a modo de primer borrador - en la conferencia que impartí en las XIX Jornadas de Bibliotecas de la FGSR (Salamanca, junio 2011) titulada Del conocimiento sólido a la cultura líquida: nuevas alfabetizaciones ante la Web 2.0  . Próximamente saldrá publicada una segunda versión más elaborada, donde se hace una propuesta alfabetizadora integral.

La cultura de estos dos últimos siglos era sólida porque existían certezas o conocimientos estables que se transmitían de una generación a otra sin que hubiera cuestionamientos o replanteamientos relevantes de la misma. Era conocimiento sólido, porque su transformación era un proceso que requería muchos años y su generalización hasta convertirse en hegemónico tardaba varias décadas. Era la solidez de las verdades –bien reveladas, bien razonadas- frente a la ligereza o relativismo de las opiniones. El conocimiento generado en tiempos decimonónicos se basada en la certidumbre, en la seguridad de poseer la razón de los argumentos, en la certeza de ser una civilización superior.

Los mediadores culturales -los docentes, los bibliotecarios entre otros- no debemos olvidar que este tipo de cultura de lo sólido utilizó dos instituciones para su conservación y difusión las cuales cumplieron –de modo más o menos concertado- su papel reproductor. Me refiero a las bibliotecas (fueran de ámbito público o privado) y al sistema educativo (tanto el escolar como el universitario). Por una parte, elevaron a canon cultural de referencia al libro, el cual se convirtió, en el objeto cultural reverenciado. Por otra, enfatizaron su función guardadora de las esencias culturales del pasado para transmitírselas a las generaciones futuras. Las bibliotecas y las escuelas han sido dos instituciones sociales que se han necesitado, que se han complementado mutuamente. Las bibliotecas ofrecían los libros y las escuelas formaban a los lectores. Las bibliotecas, sobre todo las públicas, democratizaban el acceso a las obras impresas, y las escuelas democratizaban la alfabetización, es decir, la adquisición de las competencias y habilidades de acceso al conocimiento simbólicamente codificado en los libros.

Sin embargo, los objetos culturales que fueron creados a lo largo del siglo XX (las publicaciones impresas, las salas cinematográficas, los discos y cassettes, las fotografías, etc.) están desapareciendo. Han dejado de ser útiles y no se fabrican. Las TIC han provocado, o al menos, han acelerado una revolución de amplio alcance en nuestra civilización que gira en torno a los mecanismos de producción, almacenamiento, difusión y acceso a la información; al intercambio de los flujos comunicativos entre las personas; y a las formas expresivas y de representación de la cultura y el conocimiento. Los nuevos tiempos han traído a nuevos actores que están cambiando la experiencia cultural. Internet, la telefonía móvil, los videojuegos y demás artilugios de la sociedad digital está cambiando nuestra experiencia en múltiples aspectos de nuestra vida: en el ocio, en las comunicaciones personales, en el trabajo, etc.. Lo digital es una experiencia líquida.

Por el contrario, en el siglo XXI, prima el software, es decir, la levedad, la fluidez, la capacidad de adaptación a las formas cambiantes en los escenarios líquidos de la sociedad digital. Internet, y especialmente, la denominada web 2.0, ha trastocado la reglas de juego tradicionales de la producción, difusión y consumo de la información y la cultura. Asimismo también ha transformado también los mecanismos y procesos de interacción comunicativa de las personas. Y por todo lo anterior también ha generado un cambio profundo en nuestras experiencias culturales y de interacción social. La red es mucho más que una nueva tecnología que se añade o se suma a las tecnologías de la información ya existentes (imprenta, televisión, prensa, radio o teléfono). Internet se ha convertido en la Tecnología (en singular y mayúsculas) que ha subsumido, colonizado, fagocitado a los medios de comunicación tradicionales de tal modo que los ha hecho irreconocibles. Y, en consecuencia, proporcionan a los usuarios nuevas experiencias o fenómenos de consumo y producción de información.

Por otra parte, el ecosistema digital, la Red -o si se prefiere la denominada Web 2.0- está generando  una nueva experiencia humana con relación a la cultura. Ésta, a diferencia de etapas anteriores, está en constante mutabilidad, su transformación es permanente y rápida. Desde mi punto de vista, Internet, o la Web 2.0, podemos describirla en cinco dimensiones: como una biblioteca universal, un puzzle de contenidos fragmentados que están interconectados, un zoco o mercado de servicios globales, una aldea o plaza pública de redes sociales, un espacio de comunicación y expresión multimedia y audiovisual, así como un entorno virtual interactivo entre los humanos y las máquinas.

En definitiva: ¿por qué llamar a este blog "educación líquida"? La razón es muy simple: porque vivimos tiempos líquidos y necesitamos construirnos una identidad digital como sujetos con capacidad de sobrevivir y surfear en las aguas turbulentas de información que se transforma permanentemente. Ahora, la información es abundante, multimedia, fragmentada y construida socialmente en redes. Lo digital es líquido, y requiere, en consecuencia, nuevos modelos de educación para alcanzar a ser un ciudadano culto, democrático y crítico tanto en los entornos empíricos como los digitales.

Este blog, es la reinvención otro llamado "Ordenadores en el Aula" donde, en un sentido más radical, se plantea y defiende que la educación es una condición imprescindible para el desarrollo igualitario, armónico y sostenible de la sociedad del siglo XXI. Sin educación no habrá ciudadanía culta, responsable y solidaria. Sin una educación adecuada los niños, los adolescentes, los jóvenes y los adultos no podrán adquirir las competencias, los conocimientos y las actitudes necesarias para que, entre todos, construyamos una civilización basada en un conjunto de valores como son el respeto, la tolerancia, la solidaridad y el desarrollo sostenible tanto con los otros humanos como con el medio ambiente. 

Este es un tiempo de transición de una época que está acabando -la de la cultura sólida- y otra que está emergiendo -la de los espacios líquidos-. Por ello, este blog quiere ser una invitación sosegada a detenerse a pensar sobre el sentido y el valor que tiene la educación en estos tiempos de acelerados cambios socioculturales provocados, entre otras causas, por el impacto transformador de las tecnologías digitales en el contexto de una sociedad que funciona a nivel planetario y que ha creado un nuevo continente de geografía humana: los espacios virtuales de comunicación e información.

3 comentarios:

Jonathan dijo...

Hola Manuel,

Estoy totalmente de acuerdo con este cambio de dirección, tanto de la sociedad como de la educación. Pero realmente me asustan los límites de este cambio. Apenas conocemos la web 2.0 y ya empezamos con la 3.0. Como docente intentamos cambiar pero el mismo cambio va por delante de nosotros.

Te sigo y gracias!

Anónimo dijo...

suerte con la educación líquida. Es hora de de investigarla

Pablo dijo...

Hola Manuel, muchas gracias por abrir un espacio al debate y la información en este blog, me encuentro comenzando una investigación sobre "Educación Líquida" para una posterior publicación y lo que escribes me indica que voy por buen camino. Soy profesor de informática educativa y tus palabras me inspiran, gracias nuevamente. Un abrazo desde Chile.

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